Una ola de nuevos negocios pone de moda el Poble Sec
Tras el 'boom' de bares y terrazas, emergen talleres de creación y nuevos comercios
Con muchos locales todavía cerrados, las entidades reivindican tiendas singulares
Paradoja donde las haya, el Poble Sec eclosiona como barrio de moda (contagiado tal vez por el vecino Sant Antoni) mientras exhibe todavía decenas de locales comerciales cerrados. A la vista del impulso que han ido cogiendo primero una tromba de bares y terrazas asequibles, y luego talleres de creación, espacios vinculados a la cultura y un cierto repunte de comercio tradicional singular, las entidades del barrio reivindican vertebrar ese despertar comercial del barrio hacia las tiendas singulares y artesanales para evitar cualquier monocultivo comercial, la especulación desatada o la pérdida de identidad.
El plan para revitalizar el Paral·lel tenía que ser trampolín del tramo más próximo a ese eje, pero la nueva fase, que incluía una planificación del futuro comercial de la zona, está paralizada con los cambios en el ayuntamiento, a la espera de inminentes reuniones. Mientras, el interior del barrio avanza con vida propia y en el último año constantemente se levanta alguna persiana con nuevas sorpresas comerciales. En medio de un vecindario multicultural han empezado a instalarse residentes temporales de diversos países de Europa, atraídos por ese encanto de barrio y precios aún comedidos. Fuentes de una inmobiliaria que opera en la zona son tajantes: «Está de moda y cada vez hay más interés por comprar o alquilar, tanto de gente joven como de inversores».
EVOLUCIÓN
No se sabe si primero fue el huevo o la gallina, si el viraje residencial, cultural o comercial, pero también los emprendedores peinan sus calles buscando una oportunidad. La peatonalización de Blai hace más de 15 años dio paso a un eje cívico de vermuteo y terrazas que puso al Poble Sec en el mapa de los barceloneses más inquietos. Casi muere de éxito, con una cuarentena de veladores que en parte apostaron por la cerveza'low cost' y saturaron la zona. Con un plan de usos pendiente de aprobación y una moratoria de licencias vigente, las entidades vecinales claman para combatir una hiperespecialización en bares y cafeterías, y aprovechar la oportunidad única de diseñar ese nuevo vigor comercial, cuenta Elvira Vázquez, presidenta de FEM, la Fundació El Molino, a la par que resucitadora de la sala del mismo nombre que ejerce de motor cultural del barrio.
La cultura es precisamente motor de muchos cambios. Para muestra, la sala Hiroshima, un espacio independiente dedicado a las artes escénicas y la música en directo, donde se da salida a los artistas emergentes (Vila i Vilà, 67), o The Garage, el nuevo espacio de yoga, bienestar y actividades relacionadas con la creatividad que ha abierto Verónica Blume. Pero las empinadas calles del barrio también alinean numerosos talleres de joyería, pintura, restauración...
También ha atraído a los 90 profesionales implicados en CREC (Blesa, 27), el espacio de 'coworking' donde trabajan bajo un mismo techo diseñadores, arquitectos, artistas, fotógrafos, periodistas... , que además propicia cursos de formación y eventos. Un flujo de emprendedores y profesionales que hacen vida en el barrio y muchas veces se instalan en él, aunque sea temporalmente, relata su responsable, Marc Navarro.
Un hotel de diseño, el Brummell, en Nou de la Rambla, con restaurante abierto al público, es otro de los fichajes. Y sin vaselina, porque la oferta de alojamiento en la zona es mínima (está restringida) y porque las entidades tienen claro que un turismo de «calidad, dimensionado y respetuoso con el entorno es bienvenido» porque activa el comercio y los servicios y genera empleos.
A un lado y a otro de la zona aparecen novedades, que también alientan la renovación: un horno de toda la vida actualizado o una pescadería que hace lo propio, tras una década complicada de expansión monotemática de locutorios y comida rápida. La gastronomía ahora merece punto y aparte. De momento una moratoria blinda más licencias, pero las que se traspasan derivan en locales de éxito: el Sortidor para tapear, el mimado producto de mercado de Casa Xica (que crece por el boca a boca), las poderosas hamburguesas del De Paula, los llenazos del Mano Rota... en un territorio que ya atesoraba joyas como Quimet & Quimet, Bar Seco o el pionero Xemei.
ACCIÓN MUNICIPAL
Y aunque la tendencia es a la renovación y aperturas, Josep Guzmán, de la Coordinadora de Entitats, apunta que hay zonas de gran activación, como tramos de Nou de la Rambla, Vila i Vilà, Poeta Cabanyes, Salvà, Roser, Elkano, Vallhonrat, Margarit, Blai... que abastecen al barrio, frente a viales casi desiertos de actividad. Falta un cine, papelería, óptica, moda... evalúan, y piden potenciar la singularidad y la vuelta a la tradición. Fuentes del área municipal de Comercio indican que en todos los barrios se harán censos para evaluar las zonas vacías, la detección de oportunidades, e impulsar planes al respecto.