Las mafias de dominicanos y paquistaníes okupan el Poble-sec

 Las okupaciones generan un clima de inseguridad y tráfico de drogas que 

atemoriza al vecindario

Dos potentes mafias dominan el Poble-sec. Desde hace meses los vecinos del distrito de Sants-Montjuïc viven con miedo a que de un día para otro su propiedad sea okupada por los miembros de estos clanes. Refuerzan las ventanas de los bajos con robustos barrotes, blindan sus puertas con múltiples pestillos y crean grupos informativos con los que mantener el control de la zona.

Bajo okupado por la mafia en la calle Mare de Déu del Remei del Poble-sec / METRÓPOLI ABIERTA

Gael, uno de los vecinos más activos y críticos con la situación actual, confirma a Metrópoli Abierta que este espacio de Barcelona está controlado por dos mafias: "En el Raval la situación es asquerosa, allí cada finca tiene uno o dos pisos okupados. En el Poble-sec es diferente. Tan solo un pequeño porcentaje de las okupaciones son hechas por los particulares, aquí hay principalmente hay dos mafias que dominan las okupaciones: los dominicanos y los paquistaníes. 

UN PROBLEMA ENQUISTADO EN EL BARRIO
El residente asegura que son pocas las calles que se salvan de tener varios pisos o algún local okupado. Los clanes arrasan con todo lo que pueden. Principalmente Pedreres, Murillo, Tapioles, Margarit o Blai son las vías que cuentan con más propiedades okupadas. 

El vecino, que lleva años haciendo un seguimiento exhaustivo de la ocupación ilegal en la zona, conoce bien el perfil de los okupantes. Según describe, los dominicanos se dedican a okupar pisos en buenas condiciones en los que instalan a familias durante los primeros meses para evitar las represalias policiales y legislativas. Cuando ha pasado un tiempo sacan al conjunto familiar y entra un narcotraficante que se encarga de cultivar y vender todo tipo de estupefacientes. 

LA MAFIA DOMINICANA, LA MÁS PELIGROSA
Los residentes de las fincas soportan el ir y venir de los consumidores que acuden a los puntos de venta para conseguir sus dosis. No descansan por los ruidos a todas horas y la suciedad que comporta el tráfico de extraños por las zonas comunes. 

La mafia latina, según especifica Gael, tiene el monopolio de la droga en el Poble-sec. Llegan incluso a repartirla a domicilio con sus patinetes eléctricos, tal y como ha podido presenciar este medio. Cuentan con bares, cafeterías y peluquerías en las que blanquean el dinero y controlan a los residentes. "Si intentas frenarlos o te inmiscuyes en sus asuntos se ponen violentos. Te cortan una mano o un dedo y asunto cerrado, también te eliminan del panorama si intentas hacerles la competencia en la venta de droga", lamenta el residente.  

PISOS PATERA Y EXPLOTACIÓN LABORAL
Los paquistaníes son otro cantar. Sus motivaciones para okupar son muy diferentes, incluso su modus operandi está totalmente alejado al de los latinoamericanos. Estos okupan sobre todo grandes locales comerciales y los emplean como "pisos patera" en los que pueden llegar a vivir hasta 30 personas, según cuenta el vecino. Estos locales no están acondicionados para vivir por lo que comportan un peligro añadido para los residentes de los bloques. Viven con temor de que se produzcan incendios, como el de la Barceloneta, o las averías graves que alteren su ritmo de vida.

En estas propiedades extorsionadas malviven las personas que los clanes tienen explotadas. Trabajan fuera del Poble-sec, ya que saben perfectamente que el dominio del barrio pertenece a las bandas dominicanas. Es por eso que han hecho de la Barceloneta y del litoral barcelonés su perímetro de actuación. Pasan el día vendiendo refrescos y mojitos, conduciendo bicitaxis e incluso trapicheando con droga. Los jefes de la mafia reparten a los trabajadores a su antojo, algunos de ellos incluso trabajan en los supermercados 24 horas del barrio. Según cuenta el denunciante a este medio, pocos de ellos hablan español, tampoco interactúan con los vecinos: "están sumamente explotados". 

Los vecinos de la zona han notado un fuerte incremento de okupaciones desde que terminó el confinamiento. "También el movimiento de la droga ha sido más visible durante este tiempo porque no hay turistas a los que vender", asegura Gael. 

LIMBO LEGISLATIVO
El artesano del Poble-sec confirma que la okupación es un problema enquistado en el barrio y que las mafias cada vez se hacen más fuertes. Denuncia que el ayuntamiento no aplique unas medidas más contundentes, pero lamenta que "poco podrían hacer desde el consistorio".

Gael explica que el vecindario se encuentra desamparado por la "debilidad legislativa" contra la okupación. Confirma que las mafias "se las saben todas para okupar" y que utilizan a menores para que la policía no pueda desalojarlos. En el caso de la mafia paquistaní, cuenta que la gran mayoría son reincidentes y que al no tener los papeles en regla siguen okupando sin temor a represalias.